Cuando es momento de decorar o queremos darle un giro a nuestro espacio, muchas veces nos inclinamos por colores pastel o tonos más neutros. Uno de los motivos es el auge del minimalismo, pero también existe cierto temor a la aplicación de colores más llamativos y vivaces. Creemos que nos cansaremos de ellos o simplemente no sabemos cómo combinarlos con el resto de elementos de nuestro hogar. Sin embargo, si lo que quieres es dar un toque de color a tus espacios, una de las formas más simples es colocando cuadros con colores vivos. Con la elección adecuada, y un cuadro con colores vivos, puedes darle un toque original y mucho más vital a tu espacio sin sobrecargarlo. ¿Quieres algunos trucos? En Home Original te damos todos los detalles y algún que otro consejo.
Los colores vivos son tendencia
Las tendencias hacia las paletas de colores neutros pueden eclipsar a tonos más llamativos, en parte debido a la complejidad de combinar estos últimos. Sin embargo, este fenómeno no se limita únicamente a la dificultad de armonización. Muchas veces, nos quejamos de la saturación o fatiga visual que experimentamos con tonos intensos, sintiendo la necesidad de descansar de su impacto constante.
Esta es una de las razones por las que se usan cuadros con colores vivos. Sin embargo, para ello es necesario entender primero cómo afectan los colores al espacio y cómo se relacionan con él. Uno de los elementos en los que más hay que fijarse cuando vayamos a escoger cuadros con colores vivos es en el tamaño de la habitación donde lo colocaremos.
Aunque no suele ser la tónica ni lo que más se aconseja, en realidad los colores vivos en un cuadro pueden ser una excelente opción para dar un toque de energía y vitalidad a un ambiente pequeño. Los tonos amarillos, naranjas y verdes son especialmente efectivos para hacer que un espacio pequeño se perciba visualmente más amplio y vibrante.
El primero es un color cálido y luminoso capaz de hacer que una habitación pequeña parezca más luminosa y acogedora. El segundo, por su parte, es un color enérgico y estimulante que puede agregar vitalidad y alegría. Las tonalidades más claras de verde pueden evocar calma y frescura, haciéndolo ideal para habitaciones pequeñas donde se busca crear un ambiente relajante.
Como ves, entender el efecto de los colores en el espacio, sobre todo si contamos con habitaciones pequeñas, es crucial para conseguir añadir toques llamativos sin sobrecargar la estancia. Si por ejemplo buscas ampliar visualmente la habitación, es aconsejable optar por tonos claros como el blanco o el beige. Si nos vamos al lado puesto y lo que quieres es crear un ambiente acogedor y cálido, puedes inclinarte por colores más oscuros como el gris oscuro o el azul marino. Pero ten en cuenta que su aplicación excesiva puede hacer que una habitación pequeña parezca aún más reducida y confinada.
Como ves, todo es cuestión de equilibrio en los colores empleados. Un truco efectivo para usar colores vivos en espacios pequeños es, por ejemplo, pintar las paredes de tonos más vibrantes. Puedes escoger un color llamativo para las paredes, pero te recomendamos que mantengas los muebles y accesorios en colores más neutros para no sobrecargar y para conseguir un equilibrio y un sentido en la elección que has hecho. Recuerda también que todo lo que pongamos sobre una pared en blanco otorgará protagonismo al elemento colgado. De ahí que, si queremos decorar con cuadros con colores vivos, esta sea una de las opciones más usadas, y no la única.
También puedes utilizar colores vivos en el suelo. Añadir una alfombra en un tono vibrante puede agregar un toque de color al espacio sin saturar. Con ellos podremos crear una sensación de amplitud y dirigir la atención hacia el suelo para que la habitación parezca más grande.
Cómo escoger cuadros con colores vivos
Ahora que hemos explicado lo importante que es analizar el espacio antes de colocar un cuadro con colores vivos y crear esquemas de tonalidades, es momento de que comentemos algunos de los trucos o elementos a tener en cuenta para poder elegirlos correctamente y respetar ese equilibrio sobre el que tanto insistimos:
Elige una paleta concreta
Antes de comenzar, además del espacio, es importante reflexionar sobre los tonos que desempeñarán el papel principal como acentos, así como aquellos que los complementarán. Hay que elegir por tanto una paleta o un conjunto de colores que predominarán y crearán coherencia en la decoración. Este es un conjunto en el que tanto los colores de las paredes como los de cada elemento presente juegan un papel fundamental.
Que creen contraste
Puedes potenciar tu espacio favorito combinando tonos oscuros con otros más claros. Esta estrategia de añadir un cuadro con colores vivos crea un equilibrio visual que amplía la percepción de la habitación. Una forma perfecta es pintando la pared de un color base neutro y colocar cuadros con colores vivos en forma de collage. Más abajo hablaremos de esta técnica, la cual está siendo una de las tendencias más seguidas de los últimos años.
Los detalles
Complementos como jarrones u otros elementos pueden cobrar vida con tonalidades alegres, sobre todo si los coordinas con los colores del cuadro que hayas escogido. Considera utilizar colores vibrantes como el amarillo, el rojo, el naranja o el verde para añadir dinamismo a tu espacio.
Fondo neutro
Este es uno de los consejos que siempre repetimos. Si tienes miedo de introducir colores fuertes, una manera sencilla de comenzar a iniciarse es combinándolos con tonos neutros, como blancos y grises, para que hagan de ‘lienzo’ y permitan destacar otras tonalidades más vibrantes. Así podrás elegir con mucha más libertad el elemento específico para ser el centro de atención en una habitación y utilizarlo para introducir un contraste de color.
Por ejemplo, en una habitación dominada por blancos y grises, colgar un cuadro lleno de colores vivos los convertiría en el punto focal del espacio. También puedes jugar con el mobiliario, como sofás, sillones o librerías, o con accesorios como textiles, para destacar esas tonalidades vibrantes dentro de un entorno de tonos neutros.
¿Dónde colocar nuestros cuadros con colores vivos?
Decorar con cuadros, con colores vivos o sin ellos, siempre es un placer para los sentidos y para la cabeza. Aunque sea complicado elegir, el simple hecho de colocarlo tiene el poder de transformar un espacio y darle protagonismo y vida.
Más allá de colgarlos en las paredes, que es lo que nos viene siempre a la cabeza, estas obras de arte también pueden ubicarse en otros lugares sin perder su efecto decorativo pero agregando al mismo tiempo un toque de originalidad. Si quieres ser un poco más rompedor en tu decoración, te presentamos algunos ejemplos diferentes de colocar cuadros en tu vivienda:
En el suelo, ¿por qué no?
Dejar los cuadros apoyados en el suelo y no tener que hacer nada más es una excelente manera de decorar un rincón olvidado y darle el toque creativo que necesita. Si el cuadro cuenta con un marco resistente y mucho, dará un toque vanguardista colocarlo en el suelo, como en un estudio o en un loft, sobre todo si es grande.
Combina
Esta es una de las tendencias que comentábamos arriba que no parece pasar de moda. Se escogen varios cuadros para ponerlos en la pared. Pueden ser de la misma altura y del mismo tamaño para crear un efecto de armonía y equilibrio o ser completamente dispares. De esta última forma creamos un espacio más desenfadado y original.
Sin embargo, si lo que quieres es tener cuadros exactamente iguales, te recomendamos colocarlos todos al mismo nivel para lograr un aspecto uniforme.
Monocromo
Puedes crear una conexión entre los muebles y los cuadros para conseguir un rincón moderno y creativo. Una idea muy empleada es combinar un tono neutro con otro más fuerte, como el blanco y el azul, en los muebles y en el cuadro para que haya ‘comunicación’ y unidad en el espacio. Puedes también agregar otros detalles en el sofá, en la mesita o en un puf del color más fuerte o que comparta las tonalidad del cuadro.
Pasillos decorados
Un espacio que tendemos a olvidar es el pasillo. Optar por cuadros con colores vivos para decorar esta zona es una opción maravillosa. De esta forma creamos una entrada acogedora que transmite armonía al mismo tiempo que le damos protagonismo. Para lograr los mejores resultados, puedes colocar los cuadros en forma de mural. Si los colocas sobre un banco de madera lograrás un estilo más rústico.
Sustituye la cabecera
Si no te gustan las cabeceras de las camas o quieres crear un cambio rápido y sencillo en tu dormitorio lo mejor es retirarla para crear un mural de cuadros para aportar un toque diferente y creativo. Elige un cuadro de colores vivos que armonicen con la decoración existente y que resalten un poco más para crear un punto focal de atención. De esta forma cambiarás por completo la forma en el que percibes el espacio y su personalidad se adecuará más a lo que quieres transmitir.
Al final, escoger cuadros con colores vivos supone dar un pequeño salto de fe y jugar con las tonalidades y las sensaciones que cada una de ellas te hacen sentir. Si no sabes muy bien por dónde comenzar pero estás seguro de que quieres transformar tu espacio, puedes contar con Home Original. Además de tener nuestro propio atelier, donde los artistas crean las obras de arte de forma completamente artesanal, contamos con un servicio virtual en el que podrás ver cómo quedan nuestros cuadros en tus estancias. De todas formas, si tienes alguna consulta en concreto o necesitas más asistencia, puedes ponerte en contacto con nuestro equipo para que podamos ofrecerte una ayuda más personal.