El término minimalismo es ya parte de nuestro vocabulario, tanto para referirnos a una tendencia de interiorismo como a una forma de vida propiamente, en la que se busca reducir la cantidad de posesiones hasta lo únicamente necesario para llevar nuestro día a día. Pero, desde el punto de vista del arte, ¿cuáles son sus orígenes?
La raíz de esta forma artística proviene del llamado arte minimal o minimalista y nace, como cualquier movimiento o expresión cultural, por el contexto social y político de la época, en este caso el de los años 60 estadounidenses. Para entender por qué entendemos hoy el minimalismo como lo hacemos, es necesario que viajemos unas décadas en el tiempo y observemos cómo veían el mundo estos artistas. Una vez comprendamos el por qué, sabremos aplicar los principios de esta corriente en nuestro hogar y elegir los cuadros correctos para crear un espacio más minimal.
Breve historia del arte minimalista
Como hemos comentado, ningún movimiento tiene sentido si no se explica el motivo del mismo. El minimalismo como corriente artística apareció por primera vez en la Nueva York de los 60 de la mano de artistas que comenzaban a rebelarse contra el arte del momento, el cual consideraban obsoleto y demasiado académico.
Para ellos, el arte que se estaba desarrollando era demasiado rígido en cuanto a normas, por lo que quisieron desafiar los límites convencionales entre varios medios. Sacrificaron el dramatismo de las obras en pro de un sentimiento de frialdad en el que lo que importaba era la materialidad de la obra en sí. No querían seguir contando historias con el exceso del expresionismo abstracto, sino que buscaban crear impacto con el carácter físico que otorgaban a sus obras.
Esta nueva corriente tuvo muchos adeptos y creadores, ya que a finales de los 70, el arte minimal ya había conquistado los corazones de América y Europa gracias a exposiciones, museos y comerciantes de arte. Los artistas del minimalismo tardío o postminimalismo comenzaron incluso a desafiar la autoridad de los primeros minimalistas, dando a entender el impacto que había causado el movimiento.
Es lógico que apareciese una reacción al marcado expresionismo abstracto de los 50 y los 60, ya que los estilos artísticos anteriores, como el impresionismo, se centraban en el descubrimiento de nuevos colores o estilos de pintura para representa mejor las emociones y la realidad que les rodeaba. El minimalismo es del arte y para el arte únicamente; busca deshacerse de representaciones, biografías y expresiones.
Esto llevó a un creciente interés por objetos simples y básicos, en los que no había forma de encontrar una aparición de las bellas artes. Las geometrías les permitieron crear obras en las que no existía ese atractivo estético convencional del que querían huir. Un ejemplo perfecto es el cuadro Origami que tenemos disponible en nuestro atelier.
La intención en la escultura minimalista es la de romper con cualquier concepción tradicional y deshacer la línea, tan delimitada hasta la fecha, entre pintura y escultura, sobre todo en lo referente al dogma de Clement Greenberg. Este crítico de arte estadounidense dictaminó una serie de limitaciones al arte de la pintura y artistas que parecían pintar bajo su tutela.
El caso es que los minimalistas no se preocuparon solamente del arte y de los artistas, sino que también les daban a los espectadores otro papel, en el que ellos también podían experimentar las cualidades de peso, altura, gravedad y agilidad de las obras que se creaban o incluso el tratamiento de la luz como presencia material.
Características del arte minimal
Aunque el nacimiento del minimalismo es una reacción a los cánones artísticos establecidos, todas las obras de este período tenían unos puntos en común que las vinculaban, ya fuese de forma física como en la intención al crearlas:
Presencia espacial.
Uno de los puntos fundamentales del arte minimalista es que se ‘hace tridimensional’: se cambia la pared plana por el espacio abierto de una sala de exposición. El lugar en el que se posicionan las obras es de vital importante y genera una nueva perspectiva y un valor añadido. Como en todo lo que se hace en el arte, este cambio tiene un sentido: producir un impacto en el sitio en el que se colocan, dotándolo de un nuevo significado, además de en los espectadores que acuden a observar la obra y llenar la zona con su presencia, cosa que, a su vez, afectará a la obra propiamente.
La importancia del objeto.
El arte minimal se detecta por su sencillez, propiedad que hace que los artistas puedan centrarse más en otros elementos que antes no se podían tener tan en cuenta, como el espacio. Que no te engañe el hecho de que son simples: se utiliza el tamaño, la disposición y el material (madera o acero, dado el período industrial en el que se vivía) de las mismas para mandar un mensaje.
De ahí que se utilicen tantas formas geométricas y seriadas en el minimalismo, ya que no están relacionadas con el expresionismo ni son simbólicas o metafóricas. Al librar al objeto del arte de cualquier significado solamente queda él mismo, sin ideología, por lo que automáticamente se convierte en el único protagonista. Este efecto se observa especialmente en nuestra obra Octavia, en la que el protagonista no es el motivo de la pintura, sino las formas.
Cambio en el papel del espectador.
A diferencia de otras corrientes, en las que la obra de arte se expone para que el espectador interactúe con ella y la analice emocional o profesionalmente, el arte minimal no siente la necesidad de reflexionar sobre lo que se ve. Al liberar a lo que se ve de un significado profundo solo podemos percibir la muestra de forma objetiva y observar cómo afecta al espacio vital, tanto del espectador como del lugar en el que está. ¿Qué se puede sentir al ver el cuadro Enfoque? Cada espectador tendrá una opinión y habrá desarrollado unas emociones concretas y especiales.
Representantes más destacados
Aunque el arte minimal tiene un largo recorrido y muchas obras a destacar, existen ciertos exponentes que destacaron y que generaron las bases del estilo que hoy en día conocemos como arte minimal y que ha dado lugar, con el paso del tiempo al minimalismo:
Dan Flavin.
Este artista es el creador de ‘La diagonal del 25 de mayo (para Robert Rosenblum)’, una de las mejores representaciones del minimalismo, ya que solamente necesitó un espacio concreto y un tubo de neón para crearla. De esta forma, Flavin transmitía su capacidad de reducir el arte a su expresión mínima, situando el objeto y no alterando para nada su estructura ni funcionalidad.
Su trabajo se basó en coger elementos que podía conseguir fácilmente y colocarlos de forma esquemática de forma que la composición siguiese funcionando como expresión artística pero sin ninguna carga simbólica. Tal y como él mismo explicó, la obra no necesita de ningún sentido externo, sino que es capaz de representarse a sí misma. Todo su trabajo a partir de ese momento se desarrolló mediante instalaciones de tubos de neón, que mezclaba y organizaba de diversas formas.
La luz era, por supuesto, un elemento muy importante en sus obras, no solamente porque los neones estaban encendidos, sino porque consideraba vital la yuxtaposición entre el espacio y las lámparas por los juegos de luz que creaban.
Sol LeWitt.
Este artista trabajó fundamentalmente con estructuras geométricas y monocromáticas fabricadas de materiales industriales fáciles de encontrar ( aluminio, acero, bloques de cemento…). Su propuesta se basaba en el esquema secuencial, por lo que él hacía, en realidad, lo podía hacer casi cualquier persona utilizando los mismos cálculos matemáticos y consideraciones espaciales. De nuevo observamos el recurso de eliminar cualquier arraigo emocional de la obra.
Carl Andre.
Otro de los grandes referentes del arte minimal, comenzó justamente en los 60 sus ‘Series elementales’, en las que utilizaba materiales prefabricados para, simplemente, crear obras de patrones básicos. ‘Acero y magnesio liso’ es una de sus obras más complejas, formada por un cuadrado de 36 metros hecho con planchas de acero y magnesio. Con ella intentaba analizar las opciones y los resultados que producían los distintos metales.
Sin embargo, lo más curioso de su punto de vista era la relación que veía entre la obra en sí y el espacio en el que se exponía. En cuanto vio cómo colocarla en un lugar u otro la alteraba de alguna forma, utilizó el suelo como referencia para crear obras completamente planas. Para él, el arte significaba crear para apropiarse del lugar en el que se instalaba, gracias a placas de aspecto tosco, sin tratar de embellecerlas. Su objetivo era ese mismo, asimilar y entender el material por lo que es y hacer que la obra artística forme parte del espacio, como si fuese un único ser.
Eva Hesse.
Fue una de las artistas más diligentes y enérgicas del arte minimal gracias al uso que hacía de los materiales ligeros, como la gasa, el hilo, las telas, las mallas… Hoy en día se la recuerda entre los amantes de esta corriente artística por el intento que hizo de superar el arte más allá de lo conocido, llegando a confesar que quería hacer no-arte:ni connotativo ni antropomórfico.
De ahí que su obra no tenga ningún mensaje para el espectador ni ninguna teoría más allá de la exploración de las posibilidades de los materiales. ‘Adhesión III’ es la perfecta muestra de este pensamiento: un simple cubo de metal sin tapa superior y lleno de agujeros en los que introdujo tubos de plástico, haciendo que pareciese un tejido.
Lo diferente de esta artista frente a sus compañeros artísticos fue que sus obras no tenían apenas nada de industrial, una tendencia muy predominante en el resto. Eva cosía, anudaba y manipulaba de formas muy sencillas.
¿Qué te ha parecido este pequeño recorrido por la historia del arte minimal? Seguro que te has quedado tan sorprendí como nosotros al averiguar el porqué de la aparición de esta corriente artística, que pretendía librar al arte de cualquier connotación emocional. Hoy en día, sin embargo, el concepto de minimalismo ha evolucionado hacia un cambio de vida y un estilo decorativo cuyo objetivo es reducir el desorden y tener pocas cosas.
Sin embargo, todavía podemos percibir esos remanente de la ideología minimal original en obras de arte, como de las que disponemos en Home Original. Creamos en nuestro atelier obras de gran calidad y diseño únicas en el sector, gracias a nuestra experiencia y cuidado en el resultado final. Nos dejamos guiar por las tendencias de cada temporada, añadiendo un toque de fantasía que nos hace diferentes.
Si quieres que te asesoremos y busquemos la obra de arte minimal que mejor se adecúe a tu espacio o necesitas asesoría, puedes ponerte en contacto con nosotros o utilizar nuestra herramienta virtual para ver cómo quedaría una de nuestras obras en tu estancia.