Hoy en día las flores siguen siendo parte de los hogares de muchas personas, pero estas tienen un gran recorrido. ¿Por qué nos generan tanto interés? ¿Cómo podemos decorar con cuadros modernos de flores, que vayan a juego con el resto de la decoración y el estilo de vida actual? Vamos hacer un repaso por la historia del arte para analizar la importancia de las flores y cómo se perciben y decoran hoy en día.
La naturaleza siempre ha sido una de las mayores inspiraciones para artistas de todo el mundo y de cualquier época a la hora de crear obras que han acabado formando parte de la historia del arte. Pinturas tan reconocidas como ‘La noche estrellada’ de Van Gogh o ‘La gran ola de Kanagawa’ de Katsushika Hokusai tienen por completo protagonista a los elementos naturales, que campan a sus anchas y hacen lo que les place; el artista es un mero observador de la realidad.
También existe la tendencia a pintar la naturaleza ‘organizada’, la llamada naturaleza muerta, en la que se pintan flores, comida y otros utensilios, esta vez ordenados por un ser humano que controla la composición. Sin embargo, hoy queremos centrarnos en un tipo de pintura concreto, que tiene que ver, por supuesto, con la naturaleza: los cuadros de flores. Estos han ido evolucionando junto al ser humano y jamás se han dejado de pintar, sino que se adaptan al paso del tiempo y a las distintas corrientes artísticas.
Lo efímero de las flores
Las flores son uno de las piezas naturales más representados en la historia del arte, en especial de la pintura. Ha sido siempre, y sigue siendo, una fuente de inspiración inagotable, aunque la historiografía artística no siempre ha tratado muy bien ni a las obras ni a los artistas que se han dedicado siempre a pintar flores.
Siempre ha habido un desconocimiento y muy poca valoración de trabajo sobre este tipo de pinturas, considerados incluso de un género menor por su encasillamiento en cuadro ‘femeninos’. Aunque no podemos decir que todas las obras de flores deben recordarse y pasar a la historia, sí es necesario liberarlas de juicios de valor y miradas demasiado académicas, que pueden empañar el verdadero valor de las mismas, así como de juicios condescendientes de muchos críticos del arte.
Los cuadros de flores en los que ellas aparecían como protagonistas y de forma autónoma aparecieron a finales del siglo XVI, desarrollándose cada vez más y de forma más técnica con el paso del tiempo. Están también vinculadas con el género que hemos comentado antes de naturaleza muerta.
Uno de los exponentes más claros es Jan Brueghel de Velours, pintor flamenco que sentó las bases y características de esta práctica artística. Fue él quien inició el esquema compositivo más continuado en la historia, en el que se establece el siguiente patrón: el fondo de la pintura es oscuro o neutro, haciendo que la variedad de las especies vegetales destaque todavía más. Seguro que conoces alguna obra en la que se represente un ramo de flores en una mesa delante de un fondo oscuro; ese sería el esto de de Velours y la muestra de su naturalismo analítico y descriptivo, en el que se destaca la precisión y el detalle.
De hecho, las veladuras (la superposición de capas de pintura ligera y transparente) es uno de los sellos de identidad de este tipo de obras, aportando corporeidad a los elementos naturales y modelando mucho mejor la luz y el color. Sin embargo, existen 2 principios fundamentales en los cuadros con flores que necesitamos comentar: la precisión de las especies vegetales que se representan y el simbolismos con el que se las identifica.
Porque sí, nada se elegía al azar. Era preciso que las plantas se pudiesen identificar para entender el mensaje o significado oculto que quería expresar el artista. Por ello estudiaban y analizaban primero los elementos que querían representar, estudiando la planta mediante libros o manuales si no podían disponer de un ejemplar vivo. Todo ello para evitar que las especies se confundiesen o no se llegasen a identificar.
Hoy en día seguimos utilizando el simbolismo de las flores para dejar mensajes cifrados o para recordarnos cualidades que se nos pueden olvidar en nuestro día a día, como la paz, la calma, etc. Sin duda, seguimos haciendo uso de las mismas, solo que ahora, en vez de cuadros clásicos, hablamos de cuadros modernos de flores.
¿Por qué elegir cuadros de flores?
Dado el recorrido que tienen en la historia del arte, los cuadros de flores siempre han sido una de las elecciones más populares para decorar las estancias de nuestra casa. Además de para ornamentar las paredes, este tipo de cuadros están en sintonía con la última tendencia en decoración natural. Buscamos la entrada del exterior al interior a través de la decoración y, ¿qué mejor forma de integrar la naturaleza en nuestros hogares que a través de los cuadros?
Un pequeño toque decorativo como un cuadro añade dimensión al espacio y habla de sus habitantes, ya que los representa. Escoger flores es algo completamente personal, pero sin duda son un elemento decorativo clásico y que nunca ha pasado de moda, sino que ha ido reinventándose. Puede ayudarnos a darle un toque más delicado, colorido y natural a nuestra vivienda y, además, si entendemos el significado de las flores, elegiremos una obra que nos represente y signifique mucho más para nosotros.
El significado de las flores
Cualquier espacio de la casa se puede beneficiar de las flores en cualquier formato, desde un ramo real, una planta o un cuadro. Si estás pensando en decorar tu casa con cuadros modernos de flores, que aporten tranquilidad pero sigan siendo contemporáneos y rompedores, lo mejor es comenzar por el comedor, para que tú y todos tus invitados podáis beneficiaros de un ambiente elegante y armónico.
Si quieres ir un paso más allá y elegir el cuadro en función de la flor que esté representada, tendrás que saber el simbolismo de algunas de ellas. Nosotros hemos recopilado las que más aparecen en la actualidad en los cuadros (algunas de ellas son protagonistas de los que nuestro atelier) y hemos descubierto su significado:
Flor de loto.
Esta planta acuática, conocida también como rosa del Nilo, suele asociarse a países asiático, ya que en el budismo simboliza la pureza completa de cuerpo y alma. Dependiendo de su color puede tener más significados añadidos: la flor de loto azul, por ejemplo, representa conocimiento y sabiduría. El cuadro Almendro Saco nos recuerda un poco a esas preciosas flores de loto que tanta paz nos aportan en el hogar.
Magnolia.
Esta flor arbórea tiene una larga trayectoria en la Tierra, ya que se han encontrado fósiles de más de 20 millones de años. El árbol puede llegar a los 30 metros de altura y en China sus flores simbolizan un espíritu limpio y puro, mientras que en Japón se las relaciona con características como nobleza y honor.
Tulipán.
Podemos encontrar mas de 150 especies de esta flor, cuyo nombre deriva del vocablo tülbend (turbante) debido a la forma de la misma cuando está cerrada. El tulipán tiene muchos tipos de híbridos, por lo que, a más variedad y color, más significado (el amarillo significa amistad, el naranja felicidad y el rojo amor…). Las tonalidades naranjas del cuadro Prado Lila nos recuerdan mucho a esos campos de tulipanes holandeses manchados de decenas de colores.
Lavanda.
La lavanda es una planta aromática popularmente conocida y con propiedades medicinales. Sus pequeñas flores violetas son el mayor distintos de esta planta, además de su olor. Se la asocia con la eternidad, la belleza, la salud, la paz y la pureza. Un cuadro de nuestro atelier que nos recuerda a los campos de lavanda es el cuadro Barbate.
Peonía.
Esta flor de origen asiático recibe su nombre de Peón, médico de los dioses en la mitología griega. Al igual que la flor de loto, la peonía tiene diferentes significados dependiendo de su color: la blanca se relaciona con la timidez, la roja con la riqueza y la rosa con la belleza.
Girasol.
Esta planta, originaria de Centro y Norteamérica, recibe su nombre por la capacidad de seguir la posición del sol. Simboliza alegría, vitalidad y positivismo, aunque también puede recibir significados más espirituales derivados de la búsqueda constante de luz. Si estás buscando un cuadros de tonos amarillos como el tulipán, te recomendamos el cuadro Bosque Amarillo, que seguro alegrará cualquier rincón de la casa.
¿Dónde colocar cuadros modernos de flores?
Pongamos que ya tienes elegido el cuadro moderno de flores perfecto, que encaja con tu estilo y con las sensaciones que quieres conseguir para tu espacio. Pero, ¿cuál es el mejor sitio para ubicarlo? Lo cierto es que la versatilidad de este tipo de composiciones hace que se puedan encajar en prácticamente cualquier espacio y con diferentes propósitos. ¿No nos crees? Lee esto:
En el salón. Este espacio, como hemos explicado antes, es uno de los lugares en los que mejor puede quedar un cuadro, ya que es de los lugares de la casa por los que más gente suele pasar si vienen visitas. En este caso suelen utilizarse obras de grandes dimensiones para destacar determinadas zonas, normalmente las centrales. Se utilizan para enmarcar una zona, como la del sofá, pues es un mueble que suele llamar siempre la atención.
Es necesario buscar un equilibrio entre el sofá y el cuadro para que ninguno solape en protagonismo al otro. De esta forma conseguiremos armonía y simetría si se colocan de forma correcta. También podemos elegir composiciones más irregulares, que son más complicadas de encajar pero que pueden aportar un aire más desenfadado y libre. Todo depende de la sensación que queramos dar al espacio. Si buscas una obra grande y visualmente llamativa, sin duda te recomendamos nuestro cuadro Floración.
En el dormitorio. El cabecero es la zona perfecta para colocar alguno de los cuadros modernos de flores, ya que funciona igual que el sofá en el salón: enmarca y queda simétrico. Es importante que los colores de la habitación (paredes, sábanas, mantas, cojines…) y los del cuadro sean compatibles, ya que, al ser una zona de descanso, es más recomendable que se promueva la paz y la calma, sin introducir colores muy vivaces.
Cuadros a juego. Esta es una de las variaciones más comunes que existen a la hora de decorar con cuadros: colocar varios del mismo estilo pero de pequeño tamaño. Queda muy original y diferente, además de que llena igualmente el espacio sin sobrecargar. Aunque no son de flores, en Home Original contamos con algunas obras de este tipo, como el tríptico Caribe.
Tanto si ya sabes lo que quieres como si todavía no te has decidido por un cuadro en concreto, en el atelier de Home Original encontrarás la obra perfecta para tu espacio. Creamos obras de gran calidad y diseño vanguardista únicas en el sector.
Ofrecemos un servicio de cercanía, adaptándonos a cualquier tipo de necesidad y asesorando en cada momento y lugar necesario. Nos dejamos guiar por las tendencias de cada temporada, añadiendo un toque de fantasía que nos hace diferentes. Si tienes alguna duda sobre una obra en concreto o quieres preguntar qué técnicas o materiales se emplean en a fabricación de los lienzos, solamente tienes que ponerte en contacto con nosotros. Te asesoraremos en todo lo relacionado con las obras y el interiorismo de las mismas.